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sábado, 18 de octubre de 2014

El cactus que no bebía

En un desierto lejano, donde el sol abrasa hasta el último grano de arena, vivía un cactus muy orgulloso de sí mismo, pues alardeaba de que era capaz de aguantar más tiempo sin beber agua que cualquiera de sus compañeros espinosos:
-Nadie en todo el desierto aguanta tanto tiempo sin beber agua como yo, cuando rara vez llueve  escondo mis flores y ni una sola gota entra en mí, Cuando los atrevidos humanos pasan por mi lado con agua que llevan a su casa desde el oasis cercano, yo aparto mi cuerpo para que no me salpique.

Este cactus era muy vanidoso, como podréis observar. Siempre se burlaba de sus compañeros. Pasaron días, meses e incluso años, pero aun así, a pesar de estar sediento, de no poder moverse por debilidad, de quedarse sin sus preciadas flores, que se secaron tiempo atrás y de perder casi todas sus espinas, el cactus deseó que lloviera, deseó que un humano pasara por allí y derramara sin querer agua de sus cubos, pero todo fue en vano.

Sus compañeros, llenos de verdor y con flores esplendorosas, con espinas afiladas y una belleza sin igual miraban tristemente al pobre cactus seco:
-Pobre cactus, siempre tan bobalicón y orgulloso, siempre alardeando de no beber; su altivez y su arrogancia le ha llevado a ese estado, una lástima, nosotros los cactus solemos vivir mucho tiempo, pero él acortó su vida.

Y así fue, por culpa de su arrogancia, de creerse tan superior, el cactus que no bebía aprendió la lección. Aunque pagó con ello su vida, por bobalicón.

¿Qué opináis vosotros? Es necesario alardear para vivir? Ahí lo dejo.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Lágrimas de fénix

Cada día nos ocurren cosas que nos marcan para siempre, positivas o negativas pero siempre nos indican el camino de esas 24 horas. A veces nos emocionamos, saltamos de alegría y lloramos de felicidad si lo que nos ocurre nos lleva a la cara la expresión del júbilo, nos llenan de esperanza.. Otras nos deprimimos, lloramos de angustia y nos encerramos en una cápsula para protegernos de algo que nos atormenta, nos hace caer en un pozo sin fondo. Aún así, todas estas cosas nos enseñan, nos cargan de experiencia, con ellas aprendemos a vivir la vida. Cada día esas lágrimas se  repiten; mueren y renacen con cada amanecer y cada anochecer, como el ciclo vital del ave fénix, es más, eso son, Lágrimas de fénix.

jueves, 7 de agosto de 2014

Dos corazones atados

Dos miradas furtivas.
Dos sonrisas mutuas que se complementan.
Dos polos opuestos condenados a atraerse.
Dos cuerpos entrelazados en una noche de luna llena.
Dos almas unidas por sentimientos, por pensamientos.
Dos ramas de un árbol con hojas perennes que superan las inclemencias del tiempo.
Dos momentos eventos didácticos que con el tiempo se convertirán  en experiencia.
Dos colores: Blanco y negro.
Dos elementos tangibles con forma ovalada y con brillo en el centro.
Dos Sí quiero en un lugar repleto de familiares.
Dos corazones atados, unidos en el tiempo.

jueves, 26 de junio de 2014

Nostalgia

Vuelvo a sentarme frente a la ventana, es algo que hago mucho últimamente. A través de ella me gusta observar todo lo que conforma nuestro mundo. Abuelitos sentados en los bancos dando de comer a las palomas, niños en el parque jugando a aquellos juegos que ocuparon la mayor parte de mi infancia: (fútbol, peonzas,canicas, tazos..). madres que pasean a sus bebés en cochecitos, el jardinero regando las flores que lucen hermosas sus radiantes colores..

Todo aquello que veo a través de mi ventana  me lleva a tiempos pasados, me llena de nostalgia, me hace recordar aquellos momentos mágicos: Jugar a los tazos era un auténtico desafío,disfrutar de aquellas series de dibujos animados (que enseñaban contenidos didácticos muy distintas de las de ahora) en  las que aparecían nuestros personajes favoritos y a los que intentábamos imitar, coleccionar  cromos de fútbol se nos hacía una tarea harta difícil, disfrutar del riquísimo sabor del bollycao, pasear con mis tíos y hermanos por lugares que desconocía a pesar de encontrarse en mi misma ciudad....

La nostalgia también me lleva a volver a recordar  momentos con alguien muy especial: Mi abuela, aquella segunda madre que se desvivía por mí. Recuerdo cuando despertaba en su casa y escuchaba su voz para que acudiera al salón para desayunar. Muchas veces, en lugar de llevarme a la guardería pasaba las mañanas con ella, le acompañaba en sus recados a la panadería, a la tienda de ultramarinos... y durante esos "viajecitos" escuchaba el trino de  las golondrinas mientras pasaban volando por encima de nuestras cabezas (cada vez que escucho a una, mi corazón llora por volver a aquellos tiempos). Siempre la llevaré conmigo.


Mi época en el colegio también tuvo sus etapas, dos colegios muy distintos me aportaron experiencias tanto buenas como malas. En el primer colegio vivía con el miedo, era el marginado, aquel con el que se divertían los abusones, pero cuando cambié al segundo.. las cosas cambiaron, y todo comenzó a ir mucho mejor; amigos con los que iba al circo, cumpleaños donde acudían todos mis compañeros, profesoras comprensibles que ayudaban ante las dudas que teníamos....

Me levanto ya de la ventana, vuelvo a la realidad, pues siempre se ha dicho que hay que vivir también el presente y no anclarse en el pasado, y es cierto. Tras este momento de nostalgia vuelvo a "conectar"  con el mundo del presente. Pero sé que mañana volveré a sentarme frente a la ventana, volveré a observar por ella, y la nostalgia me volverá a atrapar. Y es que es necesario dejarse llevar por ella, ya que nos hace sentir lo que hemos sido, lo que somos.


martes, 22 de abril de 2014

Una lágrima, mil motivos

A veces una lágrima no significa sufrimiento; no siempre esconde dolor o pena. En cada lágrima se esconden más de mil motivos: Alegría, emoción, miedo, velocidad, frío... Incontables son las razones, pero la más conocida es aquella en la que, acompañadas de un suspiro rememoran tiempos pasados, aquellas en las que la nostalgia nos aporta un cúmulo de sentimientos en los que es difícil distinguir si en ese momento se pasó mal o bien, una mescolanza donde ninguno sabemos qué sentimos realmente.

Lloramos por el amor perdido o el olvidado, por el correspondido o el sufrido; lloramos al descubrir un "aprobado" en aquel examen tan difícil que dábamos por perdido, lloramos con el encuentro de seres queridos y con reencuentros, lloramos de emoción al celebrar el año nuevo...

Lloramos al recordar a personas que ya no están con nosotros, pero también por recuerdos felices en los que la alegría y la felicidad es la auténtica protagonista.

Por eso os digo, antes de llorar, sed conscientes del motivo, a veces está claro, pero otras no tanto. Por supuesto que no quiero que lloréis y si lo hacéis que sean por cosas buenas y por buenos motivos por que el llorar sin motivo no tiene sentido. Y si el llanto es debido a cosas desagradables como la pena y la tristeza recordad que vuestras lágrimas son joyas transparentes, como de cristal, y que cada una derramada es digna de ser recordada. 



lunes, 31 de marzo de 2014

Enamorado

Sentado en una silla, frente a la ventana, observa con atención lo que hay a su alrededor: Un pájaro de tres colores se posa en la rama del árbol más cercano y comienza a cantar. El chico, curioso, abre la ventana y se pone a escuchar. Es un canto alegre, un canto que jamás había escuchado, un canto que le recuerda a la chica  que un día conoció. Aquella chica le enamoró sobremanera. Su voz, su sonrisa, hasta su forma de caminar le llamaron profundamente la atención. Ella era rica, seductora e infinitamente encantadora. Sólo hablaron una noche, pero aquel momento fue intenso, delicioso, único.

Se trataba de un baile que ofrecía el rey en palacio. El chico no era noble, ni príncipe. Era un simple plebeyo. Su padre trabajaba aquella noche en la cocina real, su presencia allí era el de un simple acompañante, pues él y su padre viven en un pueblo cercano a la ciudad capital y no estaba dispuesto a dejar a su padre sólo durante aquel viaje. De paso, conocería a alguien interesante, saldría de aquel pueblo silencioso, aburrido y extremadamente pequeño. Él prefería las grandes ciudades, el contacto social, aquella era una buena oportunidad.

El baile comenzó y apareció ella, estaba sola, sentada en una de las sillas, observando cómo la gente bailaba con sus respectivas parejas. Le pareció lo más hermoso que sus jóvenes ojos habían visto. Sin pensarlo, se acercó y le propuso bailar.

Bailaron durante toda la noche, hasta el final de la velada. Juraron volver a verse. Descubrió que era una noble, muy reconocida, su familia estaba en una buena posición, pues el padre era un marqués del condado cercano al pueblo.

Quedaron al día siguiente en un bosque cercano y se vieron, pero desde muy lejos. Era un amor prohibido. El marqués había prometido a su hija con un noble de alto prestigio. Sólo le interesaba el poder. Ella intentó acercarse, pero sus guardias le agarraron y se la llevaron. El marqués  le prohibió verla bajo pena de muerte. Y cabizbajo nuestro protagonista se marchó.

Ahora estaba sentado en su casa,abatido. Habían pasado días, meses y años, pero sabía que volvería a verla, no le importa su vida, solo le importa volver a tenerla entre sus brazos, y lo haría.

¿Lo conseguirá? No lo sé. Sólo sé que el amor mueve al mundo. ¿Y tú? ¿Qué crees?